

Este hecho marcó el camino de Viviana, situándola en un destino que persigue la verdad, la justicia y la defensa de los derechos humanos. Así, se integró durante la década de los ‘70 y ‘80, al trabajo que realizaba la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos (AFDD), bajo el amparo del Comité Pro Paz y luego de la Vicaría de la Solidaridad. Viviana compartió con las mujeres que estaban viviendo su misma situación y se hizo parte de las acciones públicas de protesta que realizaba la Agrupación para encontrar la verdad.
Luego del regreso del país a la democracia, Viviana Díaz siguió participando de las actividades de la AFDD, para obtener oficialmente el reconocimiento de la desaparición de su padre. Después del fallecimiento de Sola Sierra en el año 1999, encabezó la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos hasta el año 2003.
En 2013 Viviana Díaz recibe –por parte del INDH- el primer Premio Nacional de Derechos Humanos. Desde 2013 es parte de Consejo Consultivo del INDH.