

En el juicio, tramitado en el Tribunal de Juicio Oral de Antofagasta, se determinó que las acciones de los funcionarios no se enmarcaron en el protocolo de actuación de Gendarmería, no existiendo justificación para su accionar.
Los apremios ilegítimos sufridos por el interno consistieron en pisotones en los pies mientras estaba arrodillado de espalda contra la pared, golpes de mano y pies, y castigos con el bastón institucional. Además le fue arrojado gas pimienta en la cara, siendo presumiblemente intensificados sus efectos producto de que posteriormente se lo roció agua con una manguera.
El interno además fue obligado a firmar una declaración, que no puedo leer, dados los efectos del gas pimienta.
Prueba importante para el proceso legal fue la grabación de las cámaras de seguridad del centro penitenciario, que respaldaron el relato sobre las agresiones.