

Hace tres semanas un brote de Covid-19 surgió en la Cárcel de Arica y la sede INDH, desde ese momento, ha realizado visitas semanales para observar las condiciones en las que se encuentran las cerca de 1800 personas privadas de libertad.
El brote de Covid-19 surgió hace tres semanas, desde ese momento se han realizado más de 1800 test rápidos de antígenos, para conocer cuanto antes el estado de propagación del virus en el recinto, y más de 3300 PCR. Adicionalmente, se estableció que personal médico del Ejército, prestara apoyo mediante la realización de rondas médicas diarias por los diferentes módulos en conjunto con el personal de salud del recinto, buscando monitorear el estado de salud de las personas que se encuentran privadas de libertad.
A la fecha, Gendarmería ha gestionado la vacunación de 309 personas privadas de libertad con la primera dosis, lo que se suma a las 194 personas que fueron vacunadas con anterioridad en el calendario del Ministerio de Salud por pertenecer a población de riesgo.
La cárcel de Arica es antigua y actualmente está en proceso de cambio del sistema de alcantarillado, proceso que se ralentizó con la pandemia. Esto implica que deben abastecer de agua potable a los internos a través de estanques, que son alimentados con bombas impulsoras de agua y que tardan un tiempo en llenarse cada vez que se vacían.
Adicionalmente, Gendarmería está entregando botellas de agua a los internos y ha dispuesto nuevos canales de comunicación de familiares con GENCHI, a través de la OIRS.
El jefe regional INDH señaló que “como INDH seguiremos monitoreando la situación que viven las personas privadas de libertad en la Cárcel de Arica y manteniendo un diálogo directo y constante con Gendarmería, con el fin de avanzar en soluciones concretas para hacer frente a la pandemia”.