INDH de La Araucanía fue parte de actividades por el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas en la comuna de Gorbea

INDH de La Araucanía fue parte de actividades por el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas en la comuna de Gorbea

02/09/2024

INDH participó en una ceremonia donde se recordó además a dos víctimas de la dictadura que desaparecieron en 1973. La actividad contó con la presencia de la consejera del INDH Paula Salvo del Canto.

La sede de La Araucanía del Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) y la Agrupación de DD.HH. de Gorbea conmemoraron el Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada. La actividad se desarrolló en la sede comunitaria de Gorbea y contó con la presencia de la consejera del INDH Paula Salvo del Canto. Ella participó en la ceremonia reflexionando sobre el crimen de desaparición forzada y el rol de la memoria en la construcción democrática.

En la actividad se rindió tributo a Nicanor Moyano Valdés y Domingo Antonio Obreque. Se trata de dos vecinos de Gorbea que desaparecieron en 1973. Según testimonios, funcionarios de Carabineros los detuvieron y desde entonces se desconoce su paradero. Los familiares de Domingo Antonio Obreque y el numeroso público asistente reflexionaron sobre el deber de la Memoria por uno de los crímenes más alevosos y graves cometidos en el marco de las violaciones sistemáticas e institucionalizadas a los DD.HH. durante la dictadura.

Nicanor Moyano desapareció en noviembre de 1973, luego de presentarse en la Tenencia de Gorbea a realizar el trámite de firma semanal. Al momento de su desaparición tenía 49 años y era comerciante. Domingo Obreque era un contador de 36 años al que llevaron detenido en septiembre de 1973 a la ya referida Tenencia de Gorbea. Según declaraciones de testigos, fue víctima de tortura y luego desapareció.

Jefe regional del INDH

Según comentó el jefe regional de La Araucanía del INDH, Federico Aguirre, “la memoria de estas gravísimas violaciones a los derechos humanos no son sólo la evocación del trauma padecido. Es una condición insoslayable, que apunta a garantizar la no repetición. También, a avanzar en la construcción de una cultura de DD.HH., que impida que las crisis sociales y políticas sean resueltas vulnerando los derechos de las personas”.