
La Organización de Estados Americanos (OEA) marcó el jueves 6 de junio un hito histórico al aprobar la “Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial, y formas conexas de Intolerancia”, y la “Convención Interamericana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia”, en la Asamblea General que se realizó en la ciudad de Antigua, Guatemala.
El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, explicó que la Convención Interamericana contra el Racismo, la Discriminación Racial y las formas conexas de Intolerancia “tiene como méritos principales reafirmar, actualizar y perfeccionar alguna de las nociones consagradas en la Convención Internacional sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial de la ONU del 1965, consolidando y especificando para las Américas el contenido democrático de los principios de la igualdad jurídica y de la no discriminación”.
“Este instrumento hemisférico elabora una definición jurídicamente vinculante de racismo, de discriminación múltiple o agravada y de intolerancia; y propone una protección de todo ser humano contra el racismo, la discriminación racial y formas conexas de intolerancia en cualquier ámbito de la vida pública o privada, entre otros aportes”, explicó Insulza.
Convención interamericana contra toda forma de discriminación e intolerancia
Respecto a la Convención Interamericana contra toda forma de Discriminación e Intolerancia, el secretario general afirmó que tiene un “gran valor simbólico-jurídico” y que dicha Convención “convierte a la OEA en una organización internacional a la vanguardia en la lucha contra toda forma de discriminación e intolerancia”.
Se trata del primer instrumento jurídicamente vinculante, señaló Insulza, que condena la discriminación basada en “motivos de nacionalidad, edad, sexo, orientación sexual, identidad y expresión de género, idioma, religión, identidad cultural, opiniones políticas o de cualquier otra naturaleza, origen social, posición socioeconómica, nivel de educación, condición migratoria, de refugiado, repatriado, apátrida o desplazado interno, discapacidad, característica genética, condición de salud mental o física, incluyendo infectocontagiosa, psíquica incapacitante o cualquier otra”.
Antigua y Barbuda, Argentina, Brasil, Costa Rica, Ecuador y Uruguay fueron las primeras naciones en suscribir ambas convenciones, dirigidas a proteger al ser humano del racismo, la discriminación racial y formas conexas de intolerancia.